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4 de julio de 2020, Día Internacional de las Cooperativas

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Por Abrahán  Rodríguez  Buendía

Las cooperativas y la acción por el clima 

A partir de 1992, aprobado por la asamblea general de la ONU, cada primer sábado de julio se celebra el día internacional de la cooperación y de las cooperativas. El objetivo es aprovechar la conmemoración para dar a conocer el trabajo que éstas realizan en diversos campos.

Para este año el tema del día es: Las cooperativas y la acción por el clima, con el ánimo de llamar la atención sobre el cambio climático y poner de relieve el papel que estas organizaciones están desempeñando en esta lucha. Pues al ser organizaciones centradas en las personas que buscan la transformación de su comunidad, son clave para construir proyectos profundos y de largo plazo ante la emergencia climática.

Las cooperativas de vivienda

Dentro de la gran variedad de cooperativas que existen, las cooperativas de vivienda son en particular clave ante dos grandes problemáticas y crisis de las ciudades contemporáneas: la de vivienda y la del cambio climático o, como varios expertos llaman, terricidio. También están relacionadas con una de las industrias que más contaminan el planeta: la construcción. Por ello estas cooperativas se vuelven espacios importantes para plantear y socializar nuevas técnicas para crear otros modos o maneras de construir.

Una Cooperativa de Vivienda es una organización en la que un grupo de personas se unen con el fin de obtener vivienda apropiada, asequible y bien ubicada en la ciudad mediante algún esquema de autoproducción, es decir, una manera de producir por ellas y ellos mismos su vivienda y sus áreas comunes con el fin de usarlas. Esto fomenta oportunidades para mejorar la calidad de vida de quienes participan y colaboran en ellas. Es una de las maneras más creativas de hacer efectivo el Derecho a la Ciudad.

Se trata de un modelo más extendido en Centroamérica, Sudamérica y Europa, y que en México está presente desde la década de los años 70, sin embargo, su crecimiento y fortalecimiento se detuvo dadas las políticas comerciales de vivienda, la falta de fomento y difusión como proyectos exitosos.

Para Latinoamérica, el caso de Uruguay es el más longevo y exitoso, pues se han constituido aproximadamente más de 408 cooperativas en sus 50 años de existencia, construyendo cerca de 17,000 viviendas para más de 22,000 familias. Estas se articulan en la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM). Esta organización en la última década se ha encargado de ayudar a diferentes organizaciones regionales para articular a las cooperativas de vivienda en casi toda latinoamérica, las cuales se rigen por los principios de ayuda mutua, asesoría técnica participativa, propiedad colectiva, autogestión, independencia política y democracia directa.

 

Un caso de acciones concretas de las cooperativas ante la emergencia climática: Renovación del salón cooperativo de Palo Alto

Como resultado de una gestión de cerca de tres años, los vecinos de la Cooperativa Palo Alto han obtenido de manera autogestiva recursos no públicos, para mejorar las áreas comunes de su comunidad. Algo inusual en otros conjuntos de vivienda colectiva, pues en general este tipo de acciones son coordinadas de manera vertical desde alguna instancia estatal y son difícilmente promovidas y organizadas de manera horizontal desde los habitantes de los propios conjuntos. Y es que una cooperativa de vivienda, a diferencia de las unidades habitacionales o condominios, cuenta con una mejor organización y una comunidad más cohesionada. Por ello el proceso que mejor se ha adherido a esta comunidad es uno donde la asesoría técnica y el diseño sean participativos. Producto de ello es que la comunidad decidió comenzar por mejorar su salón principal o salón cooperativo, que es tanto un espacio para fiestas comunitarias o fiestas de las familias de Palo Alto, como lugar de asambleas o de encuentros con otras organizaciones u otras comunidades.

La asesoría técnica general y el diseño participativo arquitectónico es coordinado por Hábitat para el buen vivir en donde el proceso ha resultado en una renovación y un mejoramiento integral de este espacio colectivo, para volverlo accesible y dotarlo con una nueva zona de servicios apropiados para el salón que tendrá una capacidad para 400 personas en casi 560 metros cuadrados de construcción. El enfoque sustentable en esta renovación se realiza en el manejo del agua, por medio de la asesoría técnica de la organización BORDA-Las Américas y de su oficina en México, con la cual se ha podido diseñar un edificio descarga cero y con la capacidad de captar hasta 30,000 litros de agua de lluvia que sirva, además del propio salón, a otros edificios colectivos de la comunidad. Actualmente este edificio se encuentra en construcción y con un 40% de avance.

El objetivo a largo plazo es desarrollar procedimientos que sean adoptados por toda la cooperativa, que detonen proyectos más grandes para un manejo integral del agua y que sirvan de ejemplo a otras cooperativas de vivienda actualmente en proceso de formación, a través de la Coordinadora de Cooperativas de Vivienda de la Zona Metropolitana del Valle de México “Chicoace Calli”, y para las cuales la Cooperativa Palo Alto es tanto ejemplo como un lugar vivo para aprender a imaginar las viviendas posibles del futuro.

Abrahán  Rodríguez  Buendía
ARQUITECTO / URBANISTA
Ciudad de México  [+52]5525139361
@abbrahan
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Redacción Centro Urbano


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