La orden de Donald Trump tiene como objetivo hacer de la arquitectura clásica el estilo predeterminado para edificios públicos federales y monumentos de EEUU
Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, emitió una orden ejecutiva llamada ‘Making Federal Buildings Beautiful Again’ (Hacer a los edificios federales hermosos otra vez); la cual pretende establecer un estilo clásico, inspirado en la arquitectura griega y romana, para la nueva arquitectura federal del país.
La nueva orden implicaría reescribir los Principios Rectores para la Arquitectura Federal, emitidos en 1962; que son las reglas actuales que rigen el diseño de edificios de oficinas, oficinas centrales y juzgados, o cualquier proyecto de construcción federal; a fin de que el estilo arquitectónico clásico sea el estilo preferido y predeterminado para los nuevos inmuebles.
«Durante demasiado tiempo, las élites arquitectónicas y los burócratas se burlaron de la idea de la belleza; ignoraron descaradamente las opiniones públicas sobre el estilo y gastaron en silencio el dinero de los contribuyentes para construir edificios feos, caros e ineficientes. Esta orden ejecutiva da voz al 99% de los estadounidenses; que no les gusta lo que nuestro gobierno ha estado construyendo», declaró Marion Smith, titular de la Sociedad Nacional de Arte Cívico; organización que respalda la orden ejecutiva.
De acuerdo con el diario The New York Times, la orden ejecutiva del presidente Trump ya ha generado una gran oposición entre arquitectos que dicen que tendría un efecto amortiguador en el pensamiento arquitectónico; además de que le daría a Donald Trump un amplio poder para hacer evaluaciones estéticas sin ser especialista en la materia.
«En el nivel más fundamental, es una restricción completa a la libertad de expresión. La noción de que la Casa Blanca tiene experiencia o conocimiento de arquitectura y diseño para exigir que todos los edificios federales tengan un estilo clásico es absurda»; dijo Roger K. Lewis, arquitecto y profesor en la Universidad de Maryland.
La orden aplicaría reglas de diseño para edificios públicos federales y algunos monumentos conmemorativos; y, en caso de proponerse un estilo diferente al clásico para un proyecto, se establecería una barra alta para obtener la aprobación.
