La ecuación es simple; la gente necesita casas y al hacer las casas se le inyecta dinamismo a los motores de la economía y se consolidan las estructuras urbanas que son fundamentales para entender el futuro del país…
Tan simple, que es fácil entender que descarrilar la marcha del sector vivienda inevitablemente tendría repercusiones sociales, económicas y urbanas… Es una ecuación de cuatro variables… Y cualquier sobresalto en una de ellas inevitablemente tendría repercusiones en las otras tres.
De ahí la relevancia del Pacto por la Vivienda que firmaron el viernes pasado los tres órdenes de gobierno e iniciativa privada, teniendo como testigo al presidente Enrique Peña Nieto,… Fue un ejercicio de unidad encaminado a “blindar” en lo posible un sector que por ser anticíclico, es hoy verdaderamente estratégico.
El objetivo fundamental es garantizar que se cumplan las metas anuales del sector con base en una estrategia sustentada en cuatro vertientes; proteger la economía familiar, mantener e incrementar inversiones y empleo, preservar la estabilidad económica y dar seguimiento puntual al cumplimiento de cada punto de este acuerdo.
Bajo esta premisa se dará prioridad a la atención de los segmentos de población más desfavorecidos, lo que se logrará dirigiendo el subsidio a quienes ganan 2.6 salarios mínimos mensuales o menos y con un poderoso programa de autoproducción asistida.
La iniciativa privada se comprometió a mantener inversiones y a evitar en lo posible incrementos en los precios de las viviendas, para lo que será fundamental que los gobiernos, fundamentalmente los municipales, cumplan con los objetivos de desregulación y simplificación administrativa, contenidos también en este pacto.
La vivienda tendría que ser considerada la primer Reforma en entregar resultados, de entre todas las realizadas en la actual administración… Este pacto busca proteger los logros alcanzados, creando de paso condiciones que permitan que, ahora y en lo futuro, el sector tenga un impacto positivo en social, lo económico y lo urbano.
