En varias ciudades estos inmuebles han sido testigos de varios acontecimientos relevantes para la historia, otros fueron rescatados del abandono y transformados para dar alojamiento
Al término de 2016 se inauguró el hotel Gran Meliá Palacio de los Duques, en el Centro Histórico de Madrid, junto al Palacio de Oriente y el Teatro Real, inmueble que albergó al Hotel Ambassador y que desde el siglo XIX fue el convento de Santo Domingo y el palacio de los Duques de Granada de Ega y Villahermosa.
Este inmueble destaca por su arquitectura neo-renacentista, inspirada en el Palazzo della Cancelleria de Roma, que ha pasado por distintas restauraciones, aunque no todas afortunadas, pero que ha logrado recuperar su esplendor.
Así como por su fachada isabelina, su escalera central de hierro forjado y madera, y el claustro con bóveda acristalada, que hoy es el vestíbulo del hotel.
“Otro de los principales atractivos es su Jardín Histórico y la fuente, que, gracias a un exhaustivo trabajo de arqueología y recuperación, respeta la estructura original, así como las antiguas caballerizas del palacio, emplazamiento en la actualidad del restaurante gastronómico Dos Cielos”, dijo Gabriel Escarrer Juliá, fundador y Presidente de Meliá Hotels International.
El arquitecto Álvaro Sans se encargó de llevar a cabo la renovación completa de este hotel, en el que logró crear un edificio contemporáneo sin perder el espíritu neorenacentista.
La arquitecta Adriana Sans fue la responsable del proyecto interior, en done realizó una tematización del proyecto con la obra de Diego Velázquez, ya que en el mismo conviven célebres obras clásicas del pintor, como Las meninas, Las Hilanderas o La Venus del espejo, entre otras.
Hoteles históricos nacionales
En México también destacan hoteles que se ubican en inmuebles con valor histórico, patrimonial y arquitectónico, que han sido testigos de varios acontecimientos que han definido la historia nacional.
Uno de estos inmuebles es el Hotel Virrey de Mendoza, ubicado en Morelia, Michoacán, inmueble que data de 1744 y que comenzó a funcionar como hotel desde 1939.
En la entrada principal del inmueble, el 3 de febrero de 1814, fue fusilado, por orden del gobierno español, Mariano Matamoros, condenado por luchar por la independencia de la Nueva España.
En el Centro Histórico de la Ciudad de México, se localiza el Gran Hotel Ciudad de México, que se construyó entre 1895 y 1899, por el ingeniero Daniel Garza, aunque en su inicio funcionó como el Centro Mercantil, en donde era habitual ver a las damas porfirianas recorrer sus instalaciones.
En su interior se aprecian elementos Art Nouveau, como una escalera de herrería de una sola pieza, que se construyó en Francia; dos elevadores, que fueron los segundos que se instalaron en la ciudad, después de los de Palacio Nacional; también se aprecia un vitral tipo Tiffany, cuarto más grande de su clase en el mundo.
Porfirio Díaz inauguró el edificio el 2 de septiembre de 1899 y donó el candil Luis XV que luce en la entrada.
Como un centro mercantil funcionó hasta 1958, cuando lo adquirió la familia Saba, permaneció en desuso alrededor de una década hasta que se decidió demoler para construir un hotel, parte del mobiliario, como los barandales y elevadores fueron mandados a la chatarra, pero lograron ser recuperados.
En 1968 abrió formalmente como hotel, con 120 habitaciones, en donde fue centro de reunión de artistas y políticos de le época, aunque con el paso de los años de deterioró, entre 2003 y 2005 estuvo en remodelación, para restituir la apariencia original y disminuir la carga estructural y con la mitad de habitaciones.
Al norte del país, en Monterrey, Nuevo León, se localiza el Gran Hotel Ancira, de estilo Art Nouveau, el diseño corrió cargo de los arquitectos franceses Charles Sarazin y Henri Sauvage.
Su construcción se inició en mayo de 1909 y fue inaugurado 3 años después, el 26 de julio de 1912 por el entonces presidente Francisco I. Madero.
Distintos historiadores regios han confirmado varios hechos, que por mucho tiempo se consideraron sólo anécdotas, como la participación en los trabajos del general Victoriano Huerta, la visita de Madero, así como el hospedaje de Francisco Villa y sus Dorados.
