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Primer Round. Si estás en la lona, noqueado

Desde Centro Urbano |

Estimados amigos:

Les comparto uno de los capítulos del libro en el que estoy trabajando. Gracias por sus comentarios.

“Algunas caídas son el medio para levantarse a situaciones más felices”
Shakespeare

Tengo que hablar de un tema difícil contigo. Es sobre la caída, la derrota, el desamparo y los momentos que siguen a éste.

Imagínate al boxeador que acaba de recibir el puñetazo. Ha caído, está desvanecido. Todo se le viene encima. Quiere levantarse, pero no puede. Está aturdido. La cabeza le punza, siente entumido el rostro. Sufre. Las fuerzas le fallan. El público grita jubiloso porque espera un vencedor.

En las peleas que he visto, en alguna ocasión recuerdo que algún boxeador lloró con la derrota. Y parafraseando a los grandes cronistas del box, “fue un combate perdido”. ¿Oye, pero esto qué tiene que ver con nosotros?

Ahora, Imagina que estás en la lona, noqueado. Imagina a los cientos de espectadores que están gritando que te quedes ahí; que no te levantes. Hay hasta quien grita deseando te mueras de ser posible. Probablemente entre el público hay gente que te ama, que está viendo tu caída. Tienes que reconocer que estás noqueado. Hay aturdimiento, y un sentimiento de humillación. Alguien o algo; alguna situación te ha tirado.

“Chale -pensarás- Apenas estamos empezando a charlar y ya estamos en la lona”.

Por lo pronto termina esta batalla

Pero aguanta, estamos empezando. A lo mejor suena estúpido. Pero, se vale llorar. Anda, vístete. Vete al camerino; báñate, cámbiate la ropa, guárdala en tu morral y bien cerrada la puerta, llora.

A lo mejor te acabas de divorciar. Probablemente tu esposo o esposa fallecieron; algún ser querido, tal vez un hijo se fue para siempre. A lo mejor te corrieron del trabajo (puede ser porque hiciste alguna malandrinada o fue a la mala, puede ser); posiblemente tu empresa quebró o el proyecto al que le echaste todos los kilos, y la persona que tenía que decidir sobre tu proyecto, te mandó a la goma.

A lo mejor hiciste un libro y te dijeron que no sirves para escribir; o a lo mejor un plano, si eres arquitecto, te dijeron que estaba mal estructurado. O si eres un buen promotor de eventos y te ignoraron; puede ser que como buen estudiante hayas reprobado una materia o que hayas decidido dejar la licenciatura o la prepa para ganarte el pan diario.

Round 1

A lo mejor andas sin chamba y tus hijos están junto a ti, esperando a que hagas algo. A lo mejor tu jefe te traicionó o te ninguneó, o levantó un falso contra ti y te corrieron o casi te obligaron a hacerlo. A lo mejor tu propia familia te dio la espalda en un asunto de herencia, o te quitaron o no te dieron lo que te correspondía y te sientes del nabo.

A lo mejor tu novia se fue con otro. A lo mejor, a la persona que más amabas la viste con otra persona o empezó a hacer cosas ruines con tus amigos íntimos. Sabes a qué me refiero. A lo mejor alguien te llevó al baile con esa lana que te costó años levantar.

(Si tienes alguna cosa que rompió tu corazón que te hicieron te pido por favor que la escribas aquí: _____________________________________________________________________).

Todos los anteriores son golpes de la vida. Unos son merecidos; la mayoría de ellos son inesperados. Casi nadie quiere hablar sobre estos guamazos de la vida, sobre las caídas, sobre los que están a la sombra, lamiendo las heridas.

Casi siempre, en películas, libros, series, amigos, pláticas, reflexiones, telenovelas, canciones, o en la escuela, admiramos a los que han sobresalido.

Pero a los que caen se les ignora.

“Al nopal lo van a ver cuándo tiene tunas” dice un refrán.

Como te decía, de los que hemos caído, no se dice nada.

Ali6

Si has estado en alguna de estas situaciones anteriores u otra distinta, te sugiero una primera acción para este ring de la vida: enciérrate en tu cuarto y llora.

Llora todo lo que tengas que llorar.

Llora a moco tendido, grita si quieres; desahógate.

Yo lo he hecho caminando, en mi cuarto, de rodillas, en el pesero, o en el baño. Hay muchos lugares para ello si le buscas bien.

No te aguantes, ni te hagas el fuerte.

Saca, a través de las lágrimas, tu frustración, dolor, impotencia y rabia.

Si quieres escribir sobre ello, adelante. Después léelo, analízalo. Lo importante es sacar del corazón eso que nos duele. Es lo primero. Reconoce tu dolor. A ver si puedes llorar 5 minutos, o 10 o 30 o varias horas. Hazlo.

Simplemente hazlo. Es un maravilloso mecanismo que nos implementó Dios para sacar correctamente nuestro duelo. Si vas en el pesero, llora amiga, amigo. Si vas en el metro también. Si estás en el tráfico (¡Ya ven que aquí en la Ciudad de México casi no hay!) sácalo. Pero llora.

Es más: no pases al siguiente capítulo si no dejas rodar esos preciosos cristales líquidos por tus mejillas. Déjalas correr. Si te fijas, es tan increíble el llanto, que en la Biblia se afirma que Jesús, el Hijo de Dios, lloró un día por un amigo que perdió.

Fue la pérdida de uno de sus cuates más íntimos, porque él también sabía amar.

El acto de llorar también es un catalizador perfecto que hace que tu cuerpo reconozca un dolor, una pérdida y su efecto es bueno, porque evita enfermedades físicas, mentales y espirituales. Evita que te enfermes por aguantar alguna situación sin reconocer esos sentimientos.

Cuando era niño había una canción que decía “los hombres no deben llorar”, pero en cambio también hay una rola de los Beatles que dice “Llora, nene, llora”.

Llora en este momento por el dolor de tu fracaso, de tu pérdida, de tu revés. Llora.

Y si Dios lloró, ¿por qué no hemos de hacerlo nosotros? ¿Te lo digo otra vez? Llora.

Tu nueva historia todavía no empieza. Espérame tantito. Esto es apenas el inicio.

Ejercicios de calentamiento

1. Llora todo lo que tengas que llorar. De preferencia, hazlo solo. En tu cuarto. En el cuarto de un amigo.

2. Si lo deseas, escribe lo que sientes. Analízalo posteriormente. Guárdalo. Si crees que lo que has escrito te hará daño, deshazte de ese escrito, rómpelo posteriormente. Vuelca tu dolor en algún lugar por lo que te hicieron. Es bueno reconocer el dolor antes de prepararte para la revancha.

(Registro Indautor 03-2015- 112012270300-14)

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Mario Vázquez Barrios

Me inicié en El Financiero haciendo reportajes; en MegaNoticias Televisión fui reportero titular; en EMedios, control de calidad; y Radio 13 Noticias me acogió como colaborador. Me gusta encontrar en las banquetas la nota, una entrevista y el inicio de un reportaje.


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