De acuerdo con Bancomer, en el 2016, el Producto Interno Bruto (PIB) del país, aumentó del 2.2% al 2.6%, esto se debe a que el consumo interno continúa siendo una fortaleza para México, a pesar de la desaceleración del comercio internacional y del entorno global complejo que existe.
El alza del pronóstico del crecimiento se debe a las siguientes razones: I) la sorpresa positiva registrada en el PIB, cuyo crecimiento trimestral fue de 0.8% y II) la expectativa de que el consumo privado seguirá siendo el principal componente de la demanda agregada que impulsará el crecimiento económico de 2016.
A pesar de que el avance anual de la economía mundial no logre situarse en el 3.2% esperado, se pronostica en el segundo trimestre un crecimiento acelerado, contrario al primer trimestre que estuvo por debajo del promedio registrado entre 2010 y 2015, según las cifras enviadas por Bancomer.
El consumo privado, al igual que el año pasado, estará apoyado por incrementos en el salario real, remesas en la moneda nacional y el crecimiento en empleos. Sin embargo, el riesgo de que el desfavorable comportamiento de las exportaciones manufactureras y el deterioro de la balanza petrolera pudiera continuar, representan un riesgo para el pronóstico con base al sector externo, la inversión productiva y las finanzas públicas.
A pesar de la depreciación cambiaria, se mantiene la previsión de que la inflación continuará por debajo de la meta de 3.0% al cerrar el año. No obstante, el aumento del precio de la gasolina sesga al alza al pronóstico.
La angustia por el ciclo global y el pronóstico sobre el ritmo de normalización de la política monetaria en EE.UU. se combinaron con algunos intervalos de clara diferenciación negativa del peso mexicano, lo que lleva al dólar nuevamente a niveles por encima de los 18 pesos, manteniéndose como la segunda moneda más depreciada entre las divisas emergentes.
