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El acoso en el transporte público

Opinión | Desde Centro Urbano |

Muchas mujeres a diario son acosadas por personas en el trasporte publico, tal vez situaciones menores o mayores, pero no deja de ser acoso y creo que las autoridades tienen el deber de actuar cuanto antes ante este tipo de hechos

Toda mi vida había viajado en transporte público, hasta hace apenas año y medio que comencé a utilizar auto para trasladarme al trabajo. La razón por la que cambié de medio fue por una causa de fuerza mayor, les contaré mi historia.

Como cualquier persona, todos los días tomaba el metro a la misma hora para ir al trabajo. Muchas veces me topaba con personas que viajaban hacia la misma dirección que yo y para mi era normal, caras conocidas.

Todo comenzó a cambiar cuando un día regresando del trabajo, me encontré con un señor que se me quedó viendo de una manera muy muy fea, por así decirlo, no le di importancia, simplemente seguí mi camino y lo ignoré.

Al siguiente día pasó exactamente lo mismo, pero de nuevo, solo me seguí sin hacer caso. Lo extraño fue cuando esto comenzó a suceder a diario. Me bajaba de la misma estación y ahí estaba, como esperando a que yo pasara, me seguía con la mirada y lo raro era que tomaba su teléfono, sin quitar su mirada de mí, no sé si mandaba mensajes o tomaba fotos pero yo siempre trataba de ocultarme cuando hacía eso.

En una ocasión me comenzó a seguir hasta afuera del metro, por donde yo caminaba para tomar el taxi hacia mi casa, así pasó en al menos 3 ocasiones por lo que cuando noté que su comportamiento ya no era normal, opté por decirles a los policías de la estación que ese sujeto a diario estaba parado en el mismo sitio y a la misma hora, y que en ocasiones repetidas, me seguía hasta donde yo caminaba para tomar el taxi.

Ellos, hablaron a solas con el señor, la verdad nunca supe qué le dijeron, pero no pasó nada, no hicieron nada, él seguí ahí.

Cuando las cosas se empezaron a poner peores, fue en la ocasión en la que me lo encontré en una estación diferente, y parecía que me estaba siguiendo. Esa vez tuve mucho miedo y se subí al primer metro que pasó aunque no era la dirección correcta.

Al siguiente día, sucedió lo mismo, entonces llamé a mi mamá y le dije que fuera a recogerme porque ya no me daba buena espina, le conté todo (no lo había hecho para no preocuparla). Ese día me bajé en una estación diferente donde había quedado de verme con ella para evitar que el tipo se bajara donde mismo y me encontrara como siempre.

Mi siguiente acción fue cambiar de ruta para evitar encontrármelo, aunque tenía que dar la vuelta del mundo, toda mi rutina cambió. Ahora en vez de una hora de camino, me hacia hasta casi dos horas, pero al menos por unos días creí que me había perdido la pista.

A pesar de eso, mi mamá seguía yendo por mí todos los días porque no tenía la confianza de dejarme sola, peor aún, sabiendo que los de seguridad no hacían nada al respecto.

La cosa se puso peor cuando comenzamos a toparnos con él sin que le importara que estuviera mi mamá presente, él se acercaba a mí, y me seguía. La ultima ocasión le dijimos de cosas, le preguntamos que por qué me seguía, que qué quería, y lo amenazamos con que lo íbamos a denunciar por acoso.

Su reacción fue la de un psicópata, no dijo nada, solo se me quedó viendo y comenzó a reírse sin quitarme la vista de encima, la gente vio todo y tampoco hizo nada, él solo se quedó parado ahí, viendo hasta que nos fuimos con su celular en la mano.

Desde entonces tuvimos miedo porque ya no solo me lo encontraba en una estación, como les conté, ya me seguía dentro del metro, por diferentes rutas.

Incluso llegué a comprar gas pimienta por si algo llegaba a pasar pero mis papás decidieron que era mejor que me llevara el coche, así evitaría estar con ese temor e iba a poder estar más tranquila.

Fue así como desde que pasó eso, ya casi no viajo en transporte público, hasta apenas que con lo del Hoy no Circula, tengo que tomarlo por necesidad. No me incomoda viajar en metro y siempre trato de viajar del lado de las mujeres, pero aún así ese trauma que me causó ese señor jamás lo olvidaré y ahora soy mucho más precavida cuando viajo sola, y aunque parezca desconfiada, siempre miro a mi alrededor para evitar que una situación así se vuelva a presentar. De verdad es muy desagradable toparse con gente así.

Sé que como yo hay muchas mujeres que a diario son acosadas por personas en el trasporte publico, tal vez situaciones menores o mayores, pero no deja de ser acoso y creo que las autoridades tienen el deber de actuar cuanto antes ante este tipo de hechos, un simple “silbato” no te va a salvar de ser acosada, deben implementar medidas más estrictas para castigar a quienes con sus miradas, palabras o acciones, denigran a la mujer.

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Dinorah Nava

Editora de Contenidos y Estrategias Digitales en Centro Urbano y Coeditora en Periódico Mi Casa. Egresada de la licenciatura en Comunicación y Periodismo de la Facultad de Estudios Superiores Aragón (UNAM). Amante de la edición y corrección de estilo, las redes sociales y el mundo digital. Especialista en temas son arquitectura, inmobiliario y urbanismo.


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