Desde que nacemos la sociedad nos “educa” de cómo se debe conformar una familia, (mamá, papá, hijo e hija), sin embargo conozco miles de estructuras, por ejemplo mi familia de raíz se conforma de mamá, papá, hermanos, cuñada y sobrinos, somos como muéganos a lo que muchos le llaman “La Familia Telerin”.
Sin lugar a duda mi familia es quien ilumina mi existencia, la que me apoya en los momentos más difíciles de mi vida, mi motor y sin importar las consecuencias ellos siempre están incondicionalmente, siento que cuando estás bien psicológicamente es cuando tienes éxitos en cada área.
Conozco diferentes estructuras que se conforman de mamá e hijo; de abuelos y nietos; hasta las más bizarras como papá, padrastro, mamá, madrastra o las “de moda” tan lindas como padres del mismo sexo o las clásicas familias conformadas de esas amistades que se quieren y se tratan como familia.
La estructura no importa, lo que realmente es importante es el camino que recorren juntos para construir sus éxitos y metas en el área profesional, personal, económica y social. Siento que con una buena base de tus parientes eres capaz de lograr grandes cosas.
Recuerdo cuando iba peleando con mis hermanos en el camino hacia las vacaciones y lo que me preocupa eran cosas tan simples como no tener el juguete con el que quería jugar, no tener esa tarde de hermanos pasando con juegos de mesa y ahora mis preocupaciones son muy distintas como tener tiempo para disfrutar a mi hermanos y papás, cuidar mi trabajo, poder darles un buen ejemplo a mis sobrinos, crecer profesionalmente, entre otros.
Así que hay que cuidar de esa estructura tan linda, no importa la clase de familia que tengamos ya que lo que realmente importa son los momentos y enseñanzas que tienes con ellos porque gracias a eso puedes llegar a ser la persona que eres.