Esta obra mejorará la calidad de vida de 3.3 millones de habitantes en la zona metropolitana de Guadalajara
Con una inversión de más de 3 mil 200 millones de pesos, el Gobierno Federal inauguró en Zapopan, la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales “Agua Prieta”, considerada hasta el momento la más grande de México.
Alrededor del 50% del agua residual que retorna al medio ambiente no recibe ningún tipo de tratamiento, por esta razón, dicha obra mejorará la calidad de vida de 3.3 millones de habitantes en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Con esta planta se saneará el 82% de las aguas residuales de la zona, y el 100% cuando se concluyan las obras complementarias de alcantarillado.
Hoy en día el tratamiento de aguas residuales a nivel nacional es de 50.3% y la meta de la actual administración para 2018, es sanear el 63%. Con Agua Prieta se llegará al 53.3% de cobertura nacional y a 54.3% cuando ésta funcione a su máxima capacidad.
Esta planta es también una de las más grandes de América Latina por lo cual se requirió tanto de la inversión pública como de la privada.
La planta “Agua Prieta” tratará 6 mil 500 litros por segundo, con un potencial a 8 mil 500 con obras complementarias que deberán llevarse a cabo para poder tratar plenamente las aguas residuales de la zona.
Con dicha obra el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, resaltó el compromiso de que el gobierno a su cargo haga una gestión integral del recurso hídrico para asegurar que la población tenga abasto de agua potable, así como también garantizar el debido tratamiento a las aguas residuales.
Al respecto, David Korenfeld Federman, director general de la Comisión Nacional del Agua, dijo que actualmente el Gobierno de la República trabaja en el saneamiento de las aguas de las tres zonas metropolitanas más grande del país: Guadalajara, Valle de México y Nuevo León; en las tres se actúa con una visión integral de utilizar el agua integralmente, expresó.
Informó que la planta ocupa 13 hectáreas, y destacó que está preparada ya con la visión de ser mucho más agresivos en el tratamiento, a fin de mejor calidad de agua para reutilizarla en procesos.
